La oposición de Scientology a la psiquiatría no se origina de cualquier deseo de renegar del tratamiento de los enfermos mentales. En vez de eso, la Iglesia se opone a los malos tratos de los enfermos mentales, lo cual es un sello distintivo histórico de la psiquiatría. Esa es la razón por la que la Iglesia apoya a la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos, que trabaja para denunciar y erradicar el trato brutal de los pacientes en nombre de la “salud mental”. A través de los años, la Comisión de Ciudadanos ha investigado y denunciado miles y miles de casos de negligencia, abuso y brutalidad psiquiátrica.
Y los scientologists no creen que las personas deban ser estigmatizadas con etiquetas y “tratadas” con “curas” que no tienen bases científicas y que son en extremo brutales. A través de su larga y trágica historia la psiquiatría ha inventado numerosas “curas” las cuales al final han probado ser terriblemente destructivas. En los siglos XVIII y XIX, los pacientes con problemas mentales eran literalmente sometidos a instrumentos de tortura. Lo que siguió fueron los baños de hielo y el choque de insulina. Luego la terapia electroconvulsiva que causaba que se les quebraran los dientes y los huesos así como la pérdida de la memoria y la regresión a estados comatosos. Después, fue la lobotomía prefrontal con un picahielo que atravesaba la cuenca de los ojos. Hoy en día son las drogas.
Ahora es una práctica psiquiátrica de rutina etiquetar y estigmatizar a los jóvenes con diagnósticos de trastornos mentales indiscriminadamente. Este es un negocio asombrosamente lucrativo. Pero mientras los psiquiatras amasan cantidades en miles de millones, la sociedad recibe una nueva generación de adictos a las drogas de por vida y así incluso más clientes para los fármacos psicotrópicos.
Hoy en día, el marketing de antidepresivos también ha alcanzado proporciones de pesadilla, y el escenario se convierte en algo aún más perturbador al considerar los episodios de violencia explosiva tales como los que han precipitado los fármacos. Además, definitivamente no hay pruebas de que incluso existan las enfermedades que tales fármacos aseguran tratar, es decir, todo es un engaño mortal y elaborado.
Esta no es la “opinión” o la “creencia de Scientology”. Estos son hechos y esta es la razón por la que los scientologists se oponen al abuso psiquiátrico.